
Y tristemente abandoné la habitación, con el corazón roto me fui sin decir palabra… por primera vez me sentí observada.
No había nadie en el pasillo, sólo yo y una mesa contra la pared derecha. Llorando silenciosamente caminé el largo pasillo; me llamó la atención el decorado de las paredes… eran blancas, pero blancas mate, con una franja de papel tornasolada, demasiado rústico y triste… un pasillo triste… pasillo que antes me resultaba corto y breve.
Ahora camino, con la mesa a mi derecha que me sigue mientras voy llegando a la puerta, o tal vez trato de ir llegando, pero que lejos que está. No puedo mover mis manos, ni parpadear, sólo los pies se mueven, como si caminara, siento mi cara húmeda.
¿Por qué sigue estando húmeda si ya dejé de llorar?
¿Por qué la mesa me sigue y las paredes no están quietas?
¿Por qué carajo no llego a la puerta?
¿Por qué carajo estoy en una clínica?...
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