sábado, 19 de septiembre de 2009

El pecado original


Mi niño llora... busca alimento. Mis pechos están vacíos. Lamenta pulcro niño tu saciedad. Yo encontraré lo que tu buscas. Pongo en ti mis esperanzas y mis metas, una manzana alcanza para toda una civilización. He aquí en mis manos las respuestas a mis preguntas. Mil lágrimas cesarán ante un mordisco de la acuarela del creador. Dulce sueño te espera al otro lado del muro niño mío. Yo me entregaré a la tierra, sacrificando mi cuerpo y alma, sólo para tu sustento. Duerme, duerme plácidamente, que yo te alzaré en mis manos, te alzaré hasta que una cicatriz toque mi lamentado corazón.

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