La profunda entrega... del sol, de la nube naranja...
La mirada fija en el suelo y los pensamientos perdidos en una burbuja de soledad.
Creer poder soñar un instante perfecto,
admirarlo en silencio y sonreirle...
Caminar los huesos del pasado recordando la idiotez y la verguenza... lo absurdo.
Temerle a la incertidumbre de que luego de cada alegría fugaz viene un dolor agudo, un abismo y el vértigo a caer...
Es cuestión de enfrentar al fantasma azul del ropero viejo...
La profunda entrega de mi luz... una sonrisa... la preocupación de un tiempo que ya acaba...
Soñar y dormir el agua de la fantasía eterna... al precio más caro...
Cinco lunas y ese puto corazón de vidrio.
